El Pensamiento de Felipe Carrillo Puerto, un modelo social vigente: Marcos Celis Quintal

martes, 3 de enero de 2012

 

 

Palabras del Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Yucatán Dr. Marcos Alejandro Celis Quintal en el LXXXVIII Aniversario Luctuoso de Felipe Carrillo Puerto

Mérida, Yucatán a 3 de enero de 2011

El Pensamiento de Felipe Carrillo Puerto, un modelo social vigente.

 

Iba el joven Felipe camino al rancho de Kaxatah a visitar a su amiga, la Xbatab del lugar cuando se topó con una enorme albarrada que los patrones de la Hacienda Dzununcán habían mandado construir para encerrar a los mayas de Kaxatah. Al resultar infructuosas  sus gestiones ante los hacendados, Felipe, entonces de18 años, decidió actuar, y junto con los campesinos derribó la albarrada, lo que le ocasionó el primer encarcelamiento de su vida.

 

Pero también salió a relucir el líder, el revolucionario, el hombre de acción, el defensor de los mayas. Felipe Santiago Carrillo Puerto, pasaba así de la indignación a la acción, para iniciar un largo camino de lucha social, que solo podría ser detenido con su cobarde asesinato.

 

Así de intensa fue la vida Yaax Ich, como le decían los indígenas mayas, quienes desde muy pequeño empezaron a apreciarlo, y lo veían como su defensor. Consignan sus biógrafos que cuando los campesinos llegaban a la tienda de su padre a vender sus tercios de leña, siempre recibían el apoyo de Felipe, convenciéndolo  que comprara la leña para que el campesino se liberara de su pesada carga.

 

El Jefe Rojo (El Tatich Rojo)  Es una figura de proporciones inagotables para la historia de Yucatán. Apóstol y Benemérito, Felipe Carrillo Puerto, el héroe de Motul y Mártir del Proletariado Nacional, el más grande impulsor del socialismo que ha dado nuestro estado, engarzado en su piel humanista, dejó una obra digna de recordar, reordenar, estudiar y analizar para el conocimiento de las presentes y futuras generaciones.

 

Felipe Carrillo puerto,  más que un político, fue un transformador: su vida inquieta y en constante agitación, no es la vida de una persona común. Fue un hombre  multifacético, desde muy joven, las circunstancias de la vida lo llevaron a dedicarse a diversos oficios; fue carpintero, agricultor, ferrocarrilero, músico, carretero, carnicero, periodista, revolucionario con Emiliano Zapata, legislador, gobernante.

 

En cada una de las etapas de su vida, se rebelaba ante las injusticias y en cada circunstancia forjaba profundas convicciones ideológicas que le llevaron a estructurar un modelo social muy superior a su época y que hoy en nuestros días sigue siendo un paradigma que inspira la acción pública en nuestra entidad.

Su pensamiento se forjó en la adversidad, en las injusticias de un esclavismo sutil, que muy pronto, le hicieron entender que era necesario instaurar un nuevo orden social más justo, que entrañase la liberación material, intelectual, espiritual de los sujetos a cautiverio.

Una constante de su vida fueron los problemas económicos, surgidos de la generosidad que lo inclinaba a pensar en los demás antes que en sí mismo.

A 88 años de su desaparición física, todavía el aire fresco de sus obras corre por nuestra vida cotidiana. Un aroma de renovación se percibe en cada relectura que hacemos de ellas para seguir construyendo la biografía que él mismo armó de forma inmejorable.

Su origen de hombre trabajador, nacido en el interior del Estado, y su oficio de comerciante y la diversidad de actividades posteriores, lo hizo recorrer la geografía del corazón del Mayab y entender de primera mano los problemas de los mayas, el proletariado y las clases marginadas que desde sus colaboraciones en revistas como La revista de Mérida con corresponsalía en Motul ya perfilaba.

En la prisión se forjaba su decidida y auténtica vocación humana y la dimensión de líder social que lo acredita en la historia, y fraguaban los pasos del estadista visionario que llegó a ser el Gobernador de Yucatán que transformó la vida de la entidad, desde lo profundo del concepto de lo mestizo y lo maya, sus campesinos y los trabajadores que día a día edificaban el estado y que concertadamente corresponden a los grandes cambios sociales que la nación iba registrando en esos tiempos.

Así, el apóstol del proletariado, inquieto por naturaleza, apasionado de su gente, inconforme con el estado de cosas, dedicó su vida entera a transformar su entorno.

En este contexto, durante los escasos veintidós meses que ocupó la gubernatura de Yucatán, inició la concreción de un estado más justo, más libre y más equitativo. Su modelo social se basaba en la libertad, el reparto agrario, la educación y la democracia.

La gran aportación de de su vida fue un proyecto socialista dirigido, no a la conciliación clasista, sino a la radical transformación de la sociedad, como acción determinante de corte social.

“No hemos pensado en un régimen sovietista. Pero sí pensamos establecer un régimen de verdadera justicia, en la que los proletarios sean quienes tengan derecho a impartirla y a recibirla”, afirmaba.

A las pocas semanas de haber tomado posesión como Gobernador de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto fundó la Universidad del Sureste, un espacio para que los hijos de los campesinos y los obreros, pudieran adquirir conocimientos universales y científicos.

Esta nueva universidad, según sus propias palabras estaba “orientada a primordialmente hacia las clases populares, y muy particularmente hacia las mujeres, velando porque no queden rezagadas en las corrientes del progreso.”

La educación para el prócer de Motul, era el vehículo de la libertad y para la transformación social. Según sus palabras, la educación “no se concreta a la transmisión de cultura, sino que incuba en el alma de la juventud, la tendencia a realizar nuevos ideales.”…era “la regeneración moral e intelectual del pueblo maya…”

Su visión se adelantó largamente a su época. Durante su breve mandato, las primeras mujeres por primera vez en todo México ocuparon cargos de ediles en un ayuntamiento y como diputadas ante la Legislatura estatal.

La igualdad entre el hombre y la mujer no eran para Felipe Carrillo Puerto, una coyuntura política o una moda ideológica. Estando en la cárcel, en 1912, le escribía a su hija Dorita “las mujeres son tan libres como los hombres, porque somos hijos de ambos sexos y yo creo que no debo ser más que mi mujer, porque en ese caso cometeríamos una injusticia muy grande, como se está haciendo. Trabaja hija mía y así nomás te verás respetada y querida por los demás y así honrarás a la humanidad, que desde los anales de su historia clama porque se acabe esa clase privilegiada que vive sin trabajar, y en la holganza, trabajando millares de personas para ellos.”

Carrillo Puerto fue un decidido impulsor del cambio normativo y de todo su entorno. Siendo gobernador interino, en 1918 introdujo un nuevo Código del Trabajo. Luego vendrían las nuevas leyes, el reparto de tierras, de haciendas abandonadas, y las misiones culturales y los Congresos Socialistas, la regulación del henequén, y la defensa de nuestras tradiciones y los símbolos que nos delinean como yucatecos, como mestizos y como mayas.

Desde el mando de un líder, el jaguar rojo, el defensor de este Yucatán que todos los días inicia con el respirar una mejor justicia social, de una sociedad más equitativa, en donde cabe esa gran visión del idealismo que lo llevó a sacrificar su vida por esta tierra nuestra, por esta tierra que nos brinda todos los días la oportunidad única de la libertad, la paz y la felicidad que con responsabilidad, una responsabilidad conjunta por construirla; nos saluda desde el estrado de la inmortalidad.

 

Hubo un tiempo en el que se pretendió que el nombre, la obra y el pensamiento de Felipe Carrillo Puerto, queden en el olvido. Pero contra el destino y la grandeza de un pueblo es inútil luchar.  El argumedismo de nuestros tiempos ha mostrado el rechazo de los yucatecos.

En los últimos años, el modelo social de Felipe Carrillo Puerto inspira la acción gubernamental. Los yucatecos hemos retomado el rumbo hacia la construcción de una sociedad más justa y más libre, con una visión renovada de los ideales de Felipe Carrillo Puerto.

Hoy la agenda ya no es el combate al acasillamiento de los campesinos o el combate al analfabetismo. Hoy la justicia al pueblo maya se construye rescatando su dignidad, dándole mejores condiciones de vida. Hoy Felipe Carrillo Puerto revive en cada acción que genera la construcción una escuela o una universidad, en cada carretera o en cada juzgado que se abre en el interior del estado. Hoy, el prócer de Motul vuelve a estar con nosotros en cada Ley que establece las bases para generar condiciones de vida más justas y más dignas para los yucatecos.

Hoy el legado de Felipe Carrillo Puerto tiene vigencia en cada acción que pone al mayab en los ojos del mundo y que muestra con orgullo nuestra tierra y nuestra gente, pero sobre todo el gran legado de la civilización maya.

Este 2012, el año que termina la cuenta larga del calendario maya, los ojos del mundo se vuelven hacia el Yucatán de Felipe Carrillo Puerto. Este año, inicia la nueva era que nuestros ancestros profetizaron, una era que se erigirá sobre la bases de una renovada cultura maya, sobre los cimientos de sus antiguos y nuevos palacios, resguardados por la ceiba y el cenote. Una era que anuncia prosperidad y dignidad para nuestro pueblo.

Una era que no significa ruptura con el pasado, sino la continuación en la construcción de la grandeza del Yucatán del siglo XXI, sobre la base de la justicia social. Una era en la que Felipe Carrillo Puerto, el Kukulkan yucateco, seguirá siendo ejemplo y fuente de inspiración.

Hoy más que nunca, Felipe Carrillo Puerto es el enlace entre el portentoso mayab de nuestros antepasados y el Yucatán del siglo XXI.

Hoy la vida y pensamiento de Felipe Carrillo Puerto que fuera cobardemente arrebatada por el argumedismo, es el cimiento para continuar escribiendo la historia de Yucatán, de un Yucatán más justo, más próspero, más seguro. Un Yucatán que recibe la nueva era del mayab con la frente en alto. 

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