Palabras del Señor Magistrado Ricardo de Jesús Ávila Heredia, Presidente de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Yucatán, con motivo del CXL Aniversario del Natalicio del Mártir del Proletariado Nacional Felipe Carrillo Puerto
Mérida, Yucatán, a 07 de noviembre de 2014.- El día de hoy, los tres Poderes del Estado de Yucatán concurrimos en la ceremonia conmemorativa del centésimo cuadragésimo aniversario del natalicio de don Felipe Carrillo Puerto. Lo hacemos en representación de nuestras instituciones, pero también a nombre de la sociedad de la que formamos parte, que es heredera de la obra de Carrillo Puerto.
Esta celebración, nos convoca en tiempos que refrendamos nuestra unidad indeclinable para mantener vivo el bienestar de los yucatecos.
Debemos recordar que el primer producto del proyecto de Carrillo Puerto, fue la generación de una sociedad ávida de bienestar para todos sus miembros.
Necesitamos recordar y celebrar el pasado que explica que este Estado, esté formado desde entonces en y para la igualdad, para el bienestar.
Celebramos la obra de Carrillo Puerto, pero también la posibilidad de reunirnos y dialogar acerca de lo que debemos hacer, cada uno en el marco de nuestras competencias, atribuciones y responsabilidades, para mantener la vitalidad del bienestar social en nuestro Estado.
Por eso, celebramos a Carrillo Puerto como los beneficiarios directos de su vida y obra, como una muestra de respeto hacia él.
Hoy, debemos aprovechar el Aniversario del natalicio de don Felipe Carrillo Puerto para repensar su legado; recordar el nuevo tiempo yucateco y hacer una lectura inteligente de él. Traer a Carrillo Puerto de principios del Siglo XX al 2014, en sus virtudes, en su visión progresista de la sociedad, en su liberalismo. Es también ejemplo, para quienes tenemos el honor y privilegio de servir a Yucatán.
Su vida estuvo orientada por la decisión de servir a los demás, por la vocación de preferir, siempre, el interés de todos, por la capacidad de poner en perspectiva amplia los problemas del Estado, por entender que cada uno tiene un papel que jugar para contribuir al bienestar de Yucatán.
A partir de esa orientación, nos dejó la que quizás sea la mayor de sus lecciones: creer, que el nuestro, debía ser un estado de igualdad y bienestar.
Remembrar a este gran ex Gobernador, a este gran yucateco, un verdadero forjador de instituciones.
Felipe Carrillo Puerto, hombre con visión y con sentido de Estado, que entendió que la esencia de la política moderna, ya a principios del Siglo XX, era la construcción y el fortalecimiento de las instituciones.
Carrillo Puerto, hombre que entendió al poder político en su esencia, que supo darle la fuerza y majestad necesaria, para conducir a Yucatán en el sendero del bienestar social por el camino de las instituciones.
El proyecto social de Carrillo Puerto, nuestro proyecto, se planteó como la solución a los problemas educativos y agrarios; solución a la situación de los trabajadores y de los indígenas mayas, de la tenencia de la tierra, pero sobre todo, de la desigualdad entre su habitantes.
Hoy, como ayer, en tiempos de reforma y cambio, su ideario está vigente y es un gran reformador que nos orienta.
En el contexto actual, a partir de la Reforma Constitucional en Materia Educativa, es necesario recordar que, precisamente Carrillo Puerto fundó la Universidad Nacional del Sureste en febrero de 1922 y que, posteriormente, se transformó en la Universidad Autónoma de Yucatán.
En los años 2008 y 2011, reformamos nuestra Constitución, recuperando, de acuerdo con nuestra circunstancia histórica, la política educativa de Carrillo Puerto: enseñar al que no sabe, curar al enfermo y defender al inocente.
En este sentido, la reforma de 2008 al régimen constitucional, establece que el sistema penitenciario se organizará sobre la base de la educación y la salud.
Debemos destacar que la reforma de 2011, añadió al texto constitucional que la educación que imparta el Estado fomentará el respeto a los derechos humanos y en la justicia.
En Yucatán lo tenemos muy claro: la educación es un factor indispensable para que todos podamos cumplir con los ideales de igualdad, libertad y justicia social que, ayer como hoy, todos los yucatecos anhelamos y merecemos.
El legado de Carrillo Puerto, estadista, no puede verse alejado de la igualdad. Carrillo Puerto impulsó la equidad de género. En su gobierno, por vez primera una mujer mexicana accedió a un cargo de elección popular, cuando el 7 de noviembre de 1922 la maestra yucateca Rosa Torre fue electa regidora del Ayuntamiento de Mérida.
Al respecto, creemos con Carrillo Puerto, que hacer valer los derechos y libertades que la Constitución garantiza a todos por igual, que seamos tratados de la misma manera de acuerdo con la ley, es la mayor garantía de igualdad entre los yucatecos.
Igualdad que no se entiende por decreto, que mucho menos se logra en discursos. Igualdad que se logra poco a poco, a partir de cada acto realizado por las autoridades públicas, en el marco de las atribuciones que la Constitución les otorga, y que llevan a cabo en consonancia con los intereses de la sociedad.
El proyecto político-social de Carrillo Puerto confirmó a Yucatán como un Estado que reconocía una gama de libertades y derechos sociales inéditos en su época.
Carrillo Puerto tuvo la capacidad de entender su papel histórico como constructor de un nuevo orden social.
El gran legado del proyecto de Carrillo Puerto es, sin duda, su obra legislativa.
Precisamente Carillo Puerto promulgó la ley general de hacienda, la ley sobre caminos públicos, la ley de catastro, la ley del inquilinato, la ley de expropiación y la ley contra drogas prohibidas.
La lección de la obra legislativa de Carrillo Puerto fue como siempre, exacta: sacrifiquemos lo que sea necesario, los intereses personales, los intereses políticos, los intereses económicos, para así, desde la Constitución y la ley, proteger y ponderar entre todos, los derechos de todos.
La visión de Carrillo Puerto, adelantada por casi 100 años, sentó las bases para la construcción de un Yucatán moderno; de un Yucatán, como dijimos antes, de instituciones y de leyes, sin castas ni fueros privilegiados. Un Yucatán, en el que a partir del principio de igualdad, todos estamos bajo una misma ley, que a todos protege y a todos obliga.
Necesitamos recordar que lo más valioso que Carrillo Puerto nos dejó, son las instituciones y las leyes para evitar que la experiencia de la desigualdad se vuelva a repetir.
Hoy somos la concreción de una visión de futuro que buscaba un Estado de bienestar, un Estado en el que sus miembros vivieran en igualdad, en armonía. Es nuestra responsabilidad mantener vigente ese gran logro de Yucatán.
Señoras y señores:
A 140 años de distancia de su nacimiento, constatamos que Carrillo Puerto logró su objetivo.
Toca a nosotros, herederos de sus logros, protegerlos. El proyecto de Estado de hoy se inspira, se impulsa y se institucionaliza en el anhelo de igualdad y bienestar, entre todos los yucatecos.
Hoy, los yucatecos, tenemos un Estado de bienestar: un Estado de derechos y libertades, iguales para todos.
El que encabeza esa lucha del día a día por el bienestar de los yucatecos es el Lic. Rolando Zapata Bello, gobernador de Yucatán, cumpliendo con las directrices de la política nacional del Lic. Enrique Peña Nieto, presidente de México, por lo que el aniversario del nacimiento de Carrillo Puerto, es una extraordinaria oportunidad para, a través de él, pensar en Yucatán.
Habremos de proteger los logros de Carrillo Puerto con valor, inspirados en el amor a Yucatán, en la creencia de un Estado de bienestar, que es, el Estado que más nos conviene a todos.
Por el bien de todos, lo mejor que debemos hacer es anteponer el bienestar por encima de cualquier otro interés. No son legalismos, son derechos fundamentales, que debemos proteger y respetar. Para nadie la arbitrariedad, para todos el bienestar.
Cumpliendo en justicia con el Yucatán de bienestar, en el que todos, todos, queremos vivir, celebremos, pues, a Felipe Carrillo Puerto, natural de Motul y Benemérito de Yucatán.
Muchas gracias.