PALABRAS DE LA LICENCIADA MARÍA DEL SOCORRO TAMAYO ARANDA, JUEZ DEL TRIBUNAL PRIMERO DE JUICIO ORAL DEL ESTADO DE YUCATÁN, EN EL CLXXXII ANIVERSARIO LUCTUOSO DEL GENERAL VICENTE GUERRERO

jueves, 14 de febrero de 2013

 

PALABRAS DE LA LICENCIADA MARÍA DEL SOCORRO TAMAYO ARANDA, JUEZ DEL TRIBUNAL PRIMERO DE JUICIO ORAL DEL ESTADO DE YUCATÁN, EN EL CLXXXII ANIVERSARIO LUCTUOSO DEL GENERAL VICENTE GUERRERO

 

Señoras y señores:

En primer lugar, me permito congratular porque hoy nos congrega el 182 aniversario luctuoso del nacimiento del general Vicente Guerrero. Como juzgadora, pero sobre todo como mexicana, es para mí un honor poder hacer uso de la palabra en representación de los tres Poderes Públicos del Estado de Yucatán en homenaje a uno de los hombres que consumaron la gesta de independencia de México.

El 1o de abril de 1829 el salón de los diputados lucía nueva sillería, una bella alfombra y la imagen de la Virgen de Guadalupe. La ciudad de México permanecía agitada, sin embargo, ese día tenía un tono festivo. La gente de los barrios se adueñaba de las calles, la muchedumbre intentaba entrar en los salones parlamentarios, se hallaban deseosos de ver cómo uno de ellos se encumbraba a la más alta posición del gobierno de la República.

Nacióen agosto de 1792 en Tixtla, hoy estado de Guerrero, nombrado asíen su honor. En la heterogénea sociedad de la región abundaban los descendientes de africanos –como él mismo-, castas que carecían de todo privilegio. Excluidos de los oficios que requerían “limpieza de sangre”, pagaban diezmos y otros tantos impuestos.

La baja densidad demográfica y casi nula presencia de las instituciones virreinales en la región, creaban el escenario propicio para quienes querían prosperar gracias a sus esfuerzos en medio de un orden jurídico-político que no los protegía. El joven arriero Vicente Guerrero formaba parte de ese grupo que debía su posición al trabajo propio. De tal forma, había conseguido unos cuantos, pero importantes privilegios, como el de portar armas e inclusive integrar las milicias locales.

Guerrero nunca fue un hombre culto, pero síde basta inteligencia, como debía serlo quien quisiera destacar en aquella sociedad proviniendo de orígenes que no le eran favorables.

Pocos podrían presumir una trayectoria tan constante al servicio de la construcción de la Nación. Fue un infatigable promotor de la Independencia desde que tuvo noticias de que el padre Hidalgo se disponía a conquistar Acapulco. Se unióa las tropas del cura Morelos en el ataque de su pueblo natal y muy pronto se distinguiópor su efectividad.

A la caída de Morelos, comprendióla importancia de tener un respaldo que diera legalidad y legitimidad a sus actuaciones, procurando dar continuidad a los órganos de gobierno que siguieron a la disolución del Congreso de Anáhuac.

Sus únicas salidas eran la muerte o conseguir la independencia de la América Mexicana. Sin embargo, Guerrero se encontraba en disposición de encontrar salidas negociadas a un conflicto que durante más de una década asolaba a la sociedad de Nueva España.

El 10 de febrero de 1821, Guerrero y Agustín de Iturbide se reúnen  en Teloloapan. Aquíes donde sucede el “abrazo de Acatempan”, que significa la unión de dos ejércitos, el virreinal y el insurgente, que se fundieron en el Ejército de las Tres Granatías para hacer la independencia. Catorce días después, en Iguala, Iturbide proclamóel Plan de Independencia.

Señoras y señores:

Recordar a los fundadores de la Patria es un ejercicio de reconocimiento que debemos realizar, que es necesario hacer, pues todos los retos que a lo largo de casi doscientos años hemos enfrentado como país soberano no han destruido nuestro legado más preciado, que es también nuestro rasgo común: el privilegio de habitar un país independiente, en el que por ese mismo estatuto, todas las personas tienen un derecho idéntico a construir y perseguir los proyectos de vida

que, dentro del marco de la ley, les parezca mejor.

La posibilidad de ser individuos autónomos en una Nación libre es el gran legado que los fundadores de la Patria nos dejaron, es el tesoro por el que ofrendaron incluso sus vidas en beneficio de todos nosotros.

Debemos estar conscientes de que ese acto de gran generosidad nos da origen como Nación, y por ello debemos obrar cada día y cada momento para estar a la altura de ese sacrificio, para ser dignos del mismo.

Hoy, casi doscientos años después, todos los mexicanos, sin importar el lugar que ocupemos en la sociedad, debemos saber que la Nación libre e independiente que heredamos nos ha sido encomendada temporalmente para pasar a nuestros hijos sin menoscabo alguno.

Nuestra Constitución, el fruto más acabado de la lucha por la independencia nacional, y cuyo texto contiene las legítimas demandas de igualdad, libertad y justicia social, hoy se caracteriza por un régimen de protección de los derechos humanos consagrados en la propia Constitución y en los tratados internacionales que obliga a todas las autoridades del país a ajustarse a ese mandato.

Hoy, el Sistema de Justicia Penal Acusatorio y Oral, atento a las demandas que la sociedad del siglo XXI exige en la materia, caracteriza la evolución de estas instituciones que han sido renovadas para servir mejor a los principios de impartición de justicia que nacieron con la Independencia.

Debemos sentirnos orgullosos de México y de lo que como país, como Nación y como pueblo hemos construido. Pero a la vez, no debemos dejar de estar insatisfechos, y tratar asíde lograr un país cada vez más justo. Nunca nos rindamos en el empeño de hacer de esta conducta de búsqueda de un país mejor una escuela permanente, no para nosotros quizás, sino para los que vienen después. Ese sacrificio es lo mejor de nuestra tradición nacional.

Conmemoremos, pues, el aniversario luctuoso del general Vicente Guerrero, y reflexionemos no sólo acerca de lo que nos pertenece por derecho, sino de lo que estamos obligados a entregar como país, como Nación y como pueblo a quienes después tomarán las riendas para andar por los nuevos caminos de la historia de México.

Señoras y señores:

Conmemoremos a los fundadores de la Patria, recordemos a don Vicente Guerrero, pero no olvidemos nuestro compromiso: “la Patria es primero”.

Muchas gracias.

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