Palabras por parte del licenciado Níger D. Pool Cab, Juez del Tribunal Primero de Juicio Oral, para la ceremonia cívica conmemorativa del CXLVI aniversario luctuoso del Benemérito de las Américas Lic. Benito Juárez García.
Palabras por parte del licenciado Níger D. Pool Cab, Juez del Tribunal Primero de Juicio Oral, para la ceremonia cívica conmemorativa del CXLVI aniversario luctuoso del Benemérito de las Américas Lic. Benito Juárez García.
"El poder político se construye en la confianza y la solidaridad, en el optimismo y la esperanza; en la búsqueda de la unidad y la inclusión. Nunca en la rivalidad y la ambición; en la amargura o el resentimiento, y menos en el odio y el enfrentamiento".
Distinguidas autoridades e invitados especiales.
Señoras y señores:
Muy buenos días.
Agradezco la invitación hecha, para ser el orador en representación de los tres poderes del estado en este ceremonia cívica conmemorativa del ciento cuarenta y seis Aniversario Luctuoso de uno de los personajes más notables de la segunda mitad del siglo XIX, un hombre extraordinario, Benito Juárez García, defensor de la Patria y constructor de nuestra Soberanía.
Hoy tenemos oportunidad de revisar el pensamiento y la acción de un destacado abogado, político, estadista y patriota.
En una sociedad donde los discursos sobre la paz, la sana convivencia y la defensa de los derechos humanos abundan, no podemos cerrar los ojos al hecho de que todavía falta mucho por hacer para tener una sociedad más justa.
Es por ello que hoy es preciso recordar el ideal de aquél indígena zapoteco nacido en la sierra de Oaxaca, que vivió convencido que la educación era la vía para salir adelante.
Nació el 21 de marzo de 1806, en San Pablo Guelatao, un pequeño caserío escondido en la sierra oaxaqueña de Ixtlán. Era indígena de raza pura. Pero, con su esfuerzo, llegó a recibirse de abogado y, desde sus días de estudiante, inició su carrera política que lo llevaría a ocupar elevados puestos, entre ellos; el de Diputado del Congreso de su estado y del Congreso de la Unión, Gobernador de Oaxaca, Ministro de Justicia y Presidente de la República.
Figura central en la Reforma, encarnó además, la lucha en contra de la intervención y el imperio. Mantuvo las instituciones nacionales republicanas y simbolizó toda una etapa en que se consolido la nacionalidad y surgió el Estado moderno en México.
Juárez fue declarado “BENEMERITO DE LAS AMERICAS” reconocimiento que recibió en América Latina debido a sus triunfos en la intervención francesa y la Guerra de Reforma.
El 2 de mayo de 1865, el Congreso de Colombia publicó un decreto reconociendo este hecho y cito:
“El Congreso de Colombia, en nombre del pueblo que representa, en vista de la abnegación y de la incontrastable perseverancia que el Sr. Benito Juárez en calidad de Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, ha desplegado en la defensa de la independencia y libertad de su Patria, declara que dicho ciudadano ha merecido bien de la América, y como homenaje a tales virtudes y ejemplo a la juventud colombiana dispone que el retrato de este eminente hombre de Estado sea conservado en la biblioteca nacional con la siguiente inscripción: Benito Juárez, ciudadano mexicano. El Congreso de 1865, le tributa, en nombre del pueblo de Colombia, este homenaje por su constancia en defender la libertad e independencia de México.“
Y fue así que dos años después el Congreso de la República Dominicana el que homenajeó a Juárez, por iniciativa del senador Antonio Delfín Madrigal, lo llamó por primera vez al oaxaqueño como BENEMÉRITO DE LAS AMÉRICAS.
El Lic. Benito Juárez murió en la capital de la República, en sus sobrias habitaciones del ala norte de Palacio Nacional, la noche del 18 de julio de 1872.
Benito Juárez no fue un tribuno, sus discursos eran breves, algunos extremadamente medidos. Pero, sus frases de una concisa elocuencia quedaron para la historia, sin duda la más conocida entre ellas es aquella que hasta nuestros días continua vigente “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Juárez, utilizó la pluma como instrumento civilizador, de donde nacieron las Leyes de Reforma, la nacionalización de los bienes de manos muertas, la libertad de cultos, y principalmente, la independencia absoluta de las potestades civiles y espirituales.
Benito Juárez tomó su poder del pueblo y su autoridad de la ley. Sobre esta base definió el gobierno representativo como el instrumento para hacer efectiva la voluntad popular y los derechos de los ciudadanos. Por todo ello, hoy volvemos la vista hacia él con reconocimiento y orgullo.
Quiero concluir mi intervención resaltando que estamos en la práctica de un ejercicio cívico patriótico que no podemos dejar pasar como un día cualquiera, es momento de actuar con los valores heredados por el más ilustre reformador mexicano, no basta con recordar los principios de Benito Juárez, practiquemos con su ejemplo para construir una mejor sociedad.
Es por ello que es fundamental que en nuestro Estado trabajemos con honestidad, y bajo los principios de libertad y de justicia y como Juárez afirmó: “problemas habrá siempre, pero también podremos encontrar en nosotros una voluntad latente por solucionarlos, por lograr consensos, por alcanzar los mayores beneficios posibles para todos”.
El mejor homenaje que podemos hacer a ese líder de valores incuestionables, a ese líder visionario, a ese luchador incasable por la justica, es servir desde la trinchera en la que nos encontremos con pasión, entrega, sencillez y humildad.
Continuemos forjando el legado de Benito Juárez, que su lucha y sus victorias no se queden únicamente en la historia.
Muchas gracias.