Con una revolución procesal en marcha, Yucatán ya empezó a cambiar su sistema judicial

Sábado, 5 de mayo de 2012

 

 

Mérida, Yucatán a 5 de mayo de 2012.- Con las primeras sentencias de juicios orales y procesos atendidos en el nuevo sistema acusatorio, Yucatán ya empezó a cambiar su sistema judicial actual, con el objetivo de  arribar a un modelo de impartición de justicia acorde con la sociedad del siglo XXI.

Así lo expresó el Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Yucatán (PJEY) Marcos Alejandro Celis Quintal, en su intervención en la mesa panel “Procuración, administración de justicia y derechos humanos”, como parte de la Jornada Estatal de Prevención del Delito y Vinculación Ciudadana, organizada por la Universidad Modelo y la Procuraduría General de la República.

Dijo que Yucatán está inmerso en una revolución procesal cuyos resultados permitirán a los ciudadanos contar con una justicia más directa, cercana a sus comunidades, con jueces que pueden decidir más rápidamente pero con menor margen de error en sus sentencias, respetando los derechos humanos de todas las partes, como exigen hoy los Tratados Internacionales y la Constitución.

Señaló que las sentencias derivadas de los primero juicios orales, el primero realizado en abril pasado en Valladolid, iniciaron en la práctica esta revolución, al permitir aplicar todos los principios que rigen un sistema acusatorio en el que la parte acusadora y defensora cuentan con las mismas oportunidades y en donde los jueces pueden observar directamente los argumentos y pruebas de ambos, en audiencias abiertas.

Celis Quintal, quien es también Vicepresidente de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia del País (CONATRIB), dijo que esta visión del tipo de Justicia que quiere impartir el Poder Judicial, se logrará a través de cuatro grandes vertientes que caracterizan al sistema que ya se aplica en 35 municipios del estado.

Estas cuatro vertientes son: una impartición de justicia más directa, más cercana a la comunidad; una justicia más ágil, más rápida; la tercer vertiente es una justicia más eficiente y la cuarta vertiente es una justicia más humana.

Explicó que el Poder Judicial ya se ocupa de llevar acciones basadas en estas cuatro vertientes, basada en una planeación que tiene como meta llegar a la justicia a la que aspira la sociedad actual.

“En el Poder Judicial hicimos el ejercicio de imaginar esa justicia que queremos en 10 años, pero no porque se nos antojó, sino porque es una justicia que le debemos a la sociedad y que en gran medida se puede ir delineando a partir de lo que cada día los ciudadanos nos dicen, lo que ven bien, lo que no ven bien, los problemas personales a que el ciudadano se está enfrentando día a día”, expuso ante decenas de estudiantes en el auditorio de la Universidad Modelo.

Dijo que el diseño actual del sistema de justicia es un sistema que en su momento buscó la eficiencia y generó una serie de mecanismos para trabajar con altas cargas de expedientes y cumplir con esa gran demanda de asuntos que se fueron gestando en esta sociedad, principalmente en la sociedad del siglo xx.

“Ustedes seguramente tienen el antecedente de que la justicia mexicana era oral, el mismo Carranza en su exposición de motivos habla de un sistema de justicia oral y en el siglo XX por el positivismo científico y el positivismo jurídico se fueron conjuntando y generó un sistema escrito”.

Este sistema escrito, agregó, permitía que se pudieran meter 20 asuntos el mismo día, pero con las cargas de trabajo que se fueron gestando, la respuesta de los Poderes Judiciales y no estoy hablando específicamente de Yucatán, fue aumentar personal y se convirtió en una gran maquiladora de sentencias.

Esto generó saturación de asuntos, por lo que los jueces se tuvieron que apoyar en auxiliares judiciales, creando una burocracia judicial que  dejó de ser funcional.

Y no es funcional porque la justicia se alejó de la gente, dejó de ser directa, se empezó a gestar una justicia de intermediación en la que quienes realmente decidían no eran los jueces, sino sus auxiliares, proyectistas, secretarios, aunque el juez era finalmente quien avalaba esas sentencias.

¿Esa es la justicia que queremos, esa es la justicia que realmente necesita este país? En el Poder Judicial de Yucatán estamos convencidos de que no y por eso creemos que la justicia debe ser más directa  y para eso tiene que cumplir con cuando menos dos principios, el principio de inmediación y de contradicción.

Esos principios, continuó, rigen el actual sistema oral. La inmediación es la presencia del juez en todo momento en las audiencias y que las únicas pruebas que tienen valor sean las que fueron desahogadas ante el juez.

La contradicción tiene que ver con el equilibrio procesal, ese gran poder que tiene el estado a través de las Fiscalías o Ministerios Públicos para acusar, perseguir el delito, pero también para generar condiciones que priven de la libertad a una persona.

“Ese poder tiene que ser moderado no por el juez, sino por el mismo sistema en el sentido de que haya un equilibrio entre las partes y por eso la Defensa tiene que profesionalizarse, tiene que ser muy eficiente, tenemos que darle las herramientas normativas y procesales a la defensa para que realice su labor de manera adecuada, de manera equilibrada”, explicó.

Expuso que el nuevo sistema acusatorio permite el equilibrio entre las partes.

“Si una parte presenta una prueba o un medio probatorio, la otra parte tiene que hacer exactamente lo mismo; si una parte alega algo, la otra parte tiene que tener derecho a  hacer exactamente lo mismo; si una parte se reúne con el juez, la otra parte tiene que estar presente en esa reunión con el juez”.

Recordó que esta revolución procesal que inicó el pasado 15 de noviembre con la aplicación del sistema oral en 35 municipios de Yucatán, continuará en septiembre de 2012 con la integración de otros municipios más y en septiembre de 2013 cuando finalizará con su aplicacón para todo el estado.

Dijo que en 2007 había únicamente tres sedes judiciales en Yucatán ubicadas en Mérida, Valladolid y Tekax

“Había gente de Río Lagartos que tenía que recorrer varios kilómetros para viajar a Valladolid, pero si la gente no llegaba sencillamente no hacía nada, si acaso buscaba alguna agencia del Ministerio Público, levantaba un acta y se acabó, hasta ahí quedaba todo”, señaló.

Detalló que hoy el Poder judicial tiene sedes judiciales en 10 municipios. “La idea es seguir creciendo, tener sedes judiciales en cuando menos 50 municipios en el largo plazo”, expresó.

Habló de lo que significa contar con una impartición de justicia más humana.

“Queremos que los funcionarios judiciales traten con dignidad a las personas, pero no solamente traten con dignidad al justiciado o al litigante, sino que además cada una de las decisiones de los jueces respete la dignidad humana”.

“En el Poder Judicial siempre hemos tratado de hacerlo, a veces hasta con regaños de los jueces federales que no querían que controláramos la Constitución, pero de todas formas lo hacíamos”.

Mucho más ahora, prosiguió, con la coyuntura de la reforma al artículo primero de la Constitución,  tenemos no sólo que respetar los primeros 28 ó 29 artículos, sino todos los Tratados Internacionales. Hoy más que nunca tenemos que respetar los derechos humanos.

“La dignidad humana tiene que ser un baluarte, en eso estamos empeñados: decisiones sabias, trato humano y sobre todo respeto irrestricto a los derechos humanos, eso son los retos”.

“No es una tarea fácil pero estamos seguros que si continuamos con esa visión y damos un paso cada día tratando de llegar a esa gran meta, en 10 años podremos pensar que tendremos esa justicia que nos imaginamos” , concluyó.

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