Palabras de la Consejera de la Judicatura Melba Angelina Méndez Fernández en el aniversario luctuoso de Juan Crisóstomo Cano y Cano
Licenciado Rolando Zapata Bello, Gobernador Constitucional del Estado de Yucatán.
Maestra en Derecho Celia María Rivas Rodríguez, Presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado.
Doctor en Derecho Marcos Alejandro Celis Quintal, Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado.
Funcionarios y funcionarias.
Damas y caballeros.
Buenos días.
Con la honrosa representación de los tres poderes del Estado de Yucatán brindo con estas palabras un homenaje a un joven que valerosamente defendió nuestra Patria y dio su vida por ella, el ingeniero Juan Crisóstomo Policarpo Cano y Cano.
Han pasado 168 años de la muerte del Ingeniero militar yucateco Juan Crisóstomo Policarpo Cano y Cano, y hoy como cada año recordamos su heroica demostración de patriotismo hacia nuestra Nación.
El Ingeniero Cano y Cano nació en la ciudad de Mérida el 26 de enero de 1815, a los trece años de edad fue enviado a estudiar a Nueva York, donde fue condiscípulo de Lorenzo de Zavala en cuya casa conoció al general Anastasio Bustamante quien lo ayudaría, años después a ingresar al Ejército Mexicano.
A los diecisiete años, en 1832 regresó a Mérida y obtuvo autorización de su padre para cursar la carrera de Ingeniería Militar en la Escuela Central de París la que terminó en cinco años, después de un extraordinario examen que le valió la felicitación del ministro del rey Luis Felipe, quien le ofreció el cargo de oficial de Ingenieros en la Legión Extranjera, aún a su corta edad, oferta que declinó.
Preocupándole intensamente la guerra iniciada entre México y Francia, se embarcó a Veracruz que se encontraba bloqueado por tropas francesas debido al conflicto conocido como “la guerra de los pasteles”.
Siempre apasionado por la paz y la Justicia en el país, en 1841 combatió a los federalistas que se habían sublevado en contra del gobierno centralista en la sierra de Querétaro, situación por la que fue condecorado y ascendido a teniente coronel.
Para el año de 1846 triunfó en una revuelta acaudillada por el general Paredes y le correspondió junto con el obispo Manuel José Pardío representar a Yucatán en el cónclave del que salió electo presidente interino de México, el propio Paredes y Arrillaga.
En el año de 1847, habiéndose iniciado la guerra entre México y Estados Unidos el 8 de septiembre participó en la batalla de Molino del Rey y murió el 13 de septiembre de ese mismo año en la batalla de Chapultepec.
El recuerdo y legado del joven ingeniero Teniente Coronel Cano y Cano nos debe de servir de guía, de impulso y de ejemplo a todos los yucatecos, pues desde temprana edad luchó incansablemente por la paz y la justicia de nuestro país.
Así como como nuestro Gobernador el Licenciado Rolando Zapata Bello que impulsa la preparación académica de nuestros hijos brindando oportunidades de desarrollo y promoviendo los valores éticos para un crecimiento integral, así debemos convencer a las generaciones presentes que el servir a la Patria es tener amor por ella, que al igual que el Ingeniero Cano y Cano, podemos entregar nuestras vidas día a día aportando nuestros conocimientos, habilidades y destrezas para mejorar continuamente las condiciones de vida de todos los mexicanos, sobre todo la de los grupos vulnerables.
Cano y Cano derramó su sangre, hoy nosotros como el Licenciado Zapata Bello debemos entregar nuestro tiempo sirviendo a los demás con honestidad, con generosidad y con respeto a los derechos humanos de los demás.
Esta mañana en el aniversario luctuoso del Teniente Coronel Cano y Cano, comprometámonos con la Justicia, con la paz, con el trabajo para el desarrollo integral, entreguemos nuestra vida en este presente para fortalecer el Estado Constitucional de Derechos Democrático y pasemos la estafeta a las próximas generaciones.
Muchas gracias.